Un toque mágico

Después de un tiempo, ayer, sin rodeos, me preguntaste: “¿te gusto?”. Me quedé muda por unos minutos. La respuesta era muy simple. Un simple sí o no. Tenía clara mi respuesta y quería decirla, pero bien dicen que cuanto más pura es la verdad, más cuesta confesarla. Sonreíste ligeramente y atinaste a decir que no era necesario que responda inmediatamente. Tu clase ya iba a empezar así que te despediste. Me quedé toda la noche pensativa. El reloj marcaba las 3 am y no tenía sueño, así que decidí escribir algo para ti:

Sin pensarlo dos veces, me atrevo a escribir
lo que antes no pude decir.

Lo primero que tengo que decirte
es que me gustas desde la primera vez que frente a mí apareciste.
Eso responde tu pregunta, pero no es suficiente,
hoy quiero expresar todo lo que me haces sentir.

Gracias a ti, he vuelto a soñar,
saltar, imaginar y suspirar.
Sembraste esperanza en mi corazón y con cada sonrisa,
fuiste acortando distancia entre los dos.

Cada día intento dibujar tu sonrisa en mi imaginación
para verla cada vez que cierro los ojos.
Tú eres la razón por la que hoy sonrío más que nunca.

Sabes, hay tantos sueños que me gustaría contarte,
tantas cosas que al oído quiero susurrarte,
pero todavía no me atrevo ni a los ojos mirarte.

Lo que siento por ti es algo muy bonito,
por eso todavía me sigo preguntando ¿es esto real?
Tal vez estoy soñando.
Muchas veces pienso en ti y no me extrañaría que todo esto fuese un lindo sueño.
A veces me pregunto si también soy parte de tus pensamientos o sueños.

Una sonrisa de mis labios escapa, al recordar todos los momentos que he pasado junto a ti… 

Gracias por darle un toque mágico a mi vida.